miércoles, 17 de febrero de 2010

El sujeto ante el Estado laico.



México es un país cuya historia se ha ido construyendo con esfuerzo, lucha y coraje de los diversos grupos sociales que lo componen. La diversidad ha llevado a forjar un México que trata de ser más justo, equitativo e igualitario para con todas y todos los ciudadanos.

A 93 años de la creación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, aquel 1917; ésta se muestra como la triunfadora de la lucha de dominación y de ideologías impuestas. Las leyes de Reforma que anteceden a la carta magna, no hacen sino solo confirmar la necesidad de que el Estado es una Institución que se forja en la unidad y la idea de nación; por encima de cualquier otra institución (en este caso la iglesia católica).

Al llegar al festejo de los 200 años de nuestra independencia y a los 100 de la revolución social más importante del siglo XX; el sujeto mexicano, no debe olvidar su devenir histórico. Debe sostener con ahínco los preceptos que se forjaron en la historia, pero además, no sólo debe preservar lo ya existente, sino que es de vital importancia construir un nuevo México, fundado en el pasado, replanteado el presente y proponiendo un futuro.
La consciencia histórica del sujeto, se convierte así en el proceso en el cual la Institución y sus maneras se construyen.

En los últimos días hemos visto un debate acalorado sobre un tema de derechos humanos fundamentales: como lo son las preferencias sexuales de grupos minoritarios y que son diversas a la mayoría. El debate se ha centrado en el morbo de personas que libremente y bajo plena consciencia deciden organizar su vida de una manera respetuosa y abierta.

Creo que el morbo y el asombro no debe estar en que dos personas del mismo sexo, deseen ante la ley contraer compromisos y derechos; o de proteger y velar en el cuidado de infantes. El morbo, asombro y escándalo, al menos en mí radica es como desde las leyes de reforma, pasando por el artículo 130 constitucional, en pleno siglo XXI, algunos gobiernos locales y nacionales decidan cambiar de rol con representantes de otra Institución, como lo es la iglesia católica.

Este 'matrimonio' que si es anticonstitucional; debe seguirse con tal cuidado. Y no solo en lo que corresponde a lo jurídico; es decir, como lo acaban de aprobar los legisladores en San Lázaro, añadiéndole el adjetivo 'laico' al sustantivo Estado. Sino que el sujeto consciente de su realidad y de su proyección a futuro deberá velar para que la Institución Única y de Justicia para todos: el Estado, funcione como tal, una institución que vele por el bienestar de cualquier ciudadano y ciudadana mexicana.

A 200 años de independencia, a 145 años de las leyes de Reforma, a 100 de la Revolución y a 10 de una democracia más participativa, la pregunta que sigue en el aire, es ¿Qué México deseas construir? Incluso la omisión a la construcción, es ya una construcción.

O ¿Qué opina Usted?
Hasta la próxima, ánimo.